Durante largos años, el debate de la innovación en el transporte ha estado limitado a los automóviles: hacerlos más rápidos, más aerodinámicos, ecológicos... Los trenes han visto con Hyperloop su mayor ejemplo vinculado a la innovación y los aviones vuelven a ver el concepto de supersónico como una realidad factible. Sin embargo, algunos han mirado aún más allá. El espacio, que tan lejos ha quedado para el ciudadano común, cada día está más cerca de convertirse en una realidad. Wernher von Braun, ingeniero espacial en los años setenta, ya dijo que "el dominio del espacio por el hombre es la mayor aventura y la más inspiradora empresa". Y efectivamente lo está siendo; con Elon Musk a la cabeza.
El inspirador de Hyperloop, creador de Tesla y fundador de PayPal, también tiene en su haber a una de las empresas más fascinantes de los últimos años. Haciendo de la conquista del espacio su propia aventura, Musk es el feliz dueño de SpaceX. Muy citada en los últimos días por el gran éxito que ha supuesto uno de sus últimos lanzamientos, consiguiendo por primera vez que el cohete enviado al espacio pueda volver a aterrizar y así reutilizar el aparato en cuestión.
Sea como fuere, el hecho es que SpaceX es todo un éxito. Pero para llegar al punto en el que se encuentran ahora ha tenido que pasar mucho tiempo.
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